En México, las
enfermedades cardiovasculares (ECV) constituye un problema de salud pública,
uno de los factores que se asocian al aumento de estas enfermedades es la
inversión de la pirámide poblacionales; las enfermedades del corazón
constituyen la primera causa de muerte y anualmente ocurren cerca de 70 000
defunciones por este motivo y 26 000 por enfermedades cerebrovasculares. Se
presentan 44 070 muertes por enfermedad isquémica del corazón siendo 24 102
hombres y 19 965 mujeres. (INEGI, 2009)
Durante 2007, en
México, poco más de 87 mil personas fallecieron a causa de alguna enfermedad
del corazón. En el mundo, las enfermedades cardiovasculares cobran 17.5
millones de vidas al año.
Principalmente,
en la población de 65 años y más, se manifiestan las enfermedades cardiovasculares.
En los varones,
son mayores los porcentajes de infarto agudo del miocardio y enfermedad
isquémica crónica del corazón, en comparación con las mujeres.
Sin embargo, en
las mujeres, se muestran mayores porcentajes para la hipertensión esencial y
otras enfermedades cerebrovasculares, en comparación con los varones.
La tasa de
mortalidad más alta (60.5), por enfermedad isquémica del corazón, se presenta
en las mujeres. (INEGI, 2009)
En el año 2000, las enfermedades cardiovasculares
encabezadas por la enfermedad isquémica del corazón, la cerebrovascular y la
hipertensiva ocuparon respectivamente el segundo, cuarto y décimo primer lugar
dentro de las principales causas de muerte. En conjunto, estas enfermedades alcanzaron
un total de 78,857 defunciones, lo que corresponde al 17.4% del total de
fallecimientos registrados durante ese año. En contraste durante el año 2006, el
volumen total de fallecimientos por enfermedades cardiovasculares fue de
117,937 fallecimientos, lo que representa 23.9% del total nacional.
Los riesgos cardiovasculares están asociados a diversos
factores entre ellos están la obesidad, hipercolesterolemia, hipertensión
arterial y síndrome metabólico.
En cuanto a la obesidad 7 de cada 10 adultos (70%)
presentaron un peso mayor al considerado saludable; también aumento en la
prevalencia de las dislipidemias conforme aumenta la obesidad; las
concentraciones de colesterol HDL (77%) por debajo de lo deseable; la mitad de
los obesos; (49.1%) tiene hipertrigliceridemia, y uno de cada diez adultos
(11.7%) tiene concentraciones de colesterol LDL lo suficientemente alto para
justificar el empleo de un medicamento hipolipemiante.
La prevalencia de HTA se incrementa con la edad, a partir
de los 60 años más de 50% de los hombres y casi 60% de las mujeres presentan
hipertensión arterial.
El síndrome Metabólico constituye un conjunto de factores
de riesgo asociados en una misma persona, que lleva a la presencia de
disglucemias, dislipidemias, obesidad abdominal e hipertensión arterial; su
predominio en la población mexicana es alto. Las cifras disponibles al año 2000
señalan que cuatro de cada diez mexicanos (43.1%) mayores de 20 años presentan
este síndrome; es más frecuente en población menor de 40 años y con lleva a un
mayor riesgo de morir por enfermedad cardiovascular. (INEGI, 2009)